Corría el año 2000, iniciaba un nuevo siglo y esto trajo consigo la declaración de un día internacional que intentara denunciar, visibilizar y erradicar la violencia en contra de la mujer, aspecto que ha sido la constante a lo largo de la historia de la humanidad y que, a 20 años de su implementación, aún quedan muchas cosas que resolver.
Antecedentes
Declarar el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer fue, a su vez, un homenaje póstumo a tres mujeres, activistas y hermanas de apellido Mirabal, quienes fueron brutalmente asesinadas en ese día pero de 1960, por luchar contra un gobierno injusto, desigual y con tintes autoritarios en la República Dominicana, encabezado por Rafael Trujillo.
En Latinoamérica se da el reconocimiento a la labor de estas notables mujeres desde 1981, ya que la fecha fue elegida por el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, celebrado en Bogotá, para conmemorar sus vidas y promover el reconocimiento mundial de la violencia de género.[1]
Esfuerzos para erradicar la violencia contra la mujer
Entre los precedentes para garantizar los derechos de las mujeres y protegerlas de los ambientes de violencia, destaca la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación en contra de la mujer[2] de 1979, la cual, según la ONU, es un documento formal que atiende de primera mano la igualdad y equidad de género.
Casi 14 años después, la Asamblea General de Naciones Unidas, emitió una resolución que incluyó la Declaración sobre la eliminación de la violencia en contra de la mujer en 1993, año en el que el tema específico de la violencia de género fue puesto en la mesa de una organización internacional tan relevante como la ONU.
Según esta organización, la celebración de los Días Internacionales nos da la oportunidad de sensibilizar al público en general acerca de temas relacionados con cuestiones de interés, por ello, cuando arriba el 25 de noviembre de cada año, nos situamos frente a realidades incuestionables que nacen desde los entornos de violencia que padecen las mujeres, no solo en México, sino alrededor del planeta.
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Un vistazo a la realidad
La necesidad de implementar ordenamientos jurídicos, nacionales e internacionales, que combatan la violencia en contra de la mujer implica poner énfasis no solo en su creación, sino en su aplicación y seguimiento constante, acompañado de políticas públicas adecuadas para cada entorno y contexto particular. Lo anterior se agudiza cuando observamos que una de cada tres mujeres en el mundo ha sufrido violencia física y/o sexual a lo largo de su vida,[3] y al menos seis de cada diez mujeres mexicanas ha enfrentado un incidente de violencia, alguna vez en su vida.[4]
De acuerdo con información de ONU Mujeres, si observamos en Norteamérica, por ejemplo en Canadá, una de cada tres mujeres es objeto de conductas sexuales no deseadas en el espacio público; sí volteamos a la India, más de dos tercios de las mujeres jóvenes y adolescentes, sienten que los espacios públicos de las aldeas rurales son inseguros para ellas en horas de la noche; Sudamérica no es la excepción, ya que en Cuenca, Ecuador, el 90% de las mujeres que viven en zonas urbanas han experimentado alguna forma de acoso sexual en los últimos 12 meses.
Foto: Gabriela Pérez Montiel / Cuartoscuro
Violencia contra la mujer en tiempos de Covid-19
Las mujeres que sufren violencia, debido al confinamiento que impera en gran parte del mundo, probablemente se encuentren atrapadas en sus hogares con los hombres que abusan de ellas. Es por ello que el Secretario General de Naciones Unidas presentó el informe Intensificación de los esfuerzos para eliminar todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas de conformidad con la resolución 73/148 de la Asamblea General, en él se proporciona información sobre las medidas adoptadas por los Estados Miembros y las actividades llevadas a cabo en el sistema de las Naciones Unidas al respecto.
En dicho informe se hace hincapié en la necesidad urgente de adoptar medidas para eliminar la violencia contra las mujeres en el contexto de la enfermedad por coronavirus (COVID-19), así como en el proceso de presentación de informes sobre los avances en la eliminación del acoso sexual.
Cifras alarmantes indican que, a pesar de esfuerzos realizados, el panorama aún es desalentador. En todo el mundo, 243 millones de mujeres de entre 15 y 49 años de edad han padecido violencia física o sexual perpetrada por la pareja en los últimos 12 meses. Esta cifra probablemente aumente a medida que crezcan las tensiones producto de las preocupaciones por la seguridad, la salud y el dinero y se acentúen con las condiciones de vida limitadas y en confinamiento.[5]
Además, de acuerdo con ONU Mujeres, encontramos que en Túnez, las llamadas al teléfono de ayuda en los primeros días del confinamiento aumentaron cinco veces. Por otro lado, en el Reino Unido, se registró un aumento del 25% en las llamadas a la Línea Nacional de Ayuda contra la Violencia Doméstica durante la primera semana de confinamiento, y un incremento del 150% en las visitas al sitio web de este mecanismo.
Violencia virtual
El confinamiento obligatorio generado por la pandemia modificó muchas de las formas de vida que hasta inicios de 2020 parecían destinadas a la eternidad. Así, la vida virtual cobro más importancia y con ello, la violencia se intensificó también en los espacios virtuales, ejercida a través de las tecnologías de la información y las comunicaciones incluye formas tales como amenazas físicas, acoso sexual, contenido sexual divulgado por trolls, extorsión sexual, pornografía en línea, irrupciones en videollamadas en Zoom, entre otras.
Ejemplos claros podemos verlos en el condado del norte de York (Pensilvania, Estados Unidos), en donde hubo un incremento del 700% de los acosos en línea entre el 1 y el 20 de abril de 2020, en comparación con el mismo periodo en 2019. Por otro lado, en Australia, la agresión y el hostigamiento en línea aumentaron un 50% desde la implementación de las medidas de distanciamiento social y en Reino Unido, el tráfico de llamadas a la línea de ayuda telefónica del Gobierno prácticamente se duplicó entre personas adultas que experimentaron abuso con imágenes íntimas en la semana del 23 de marzo de 2020, de acuerdo con información de ONU Mujeres.
El caso mexicano
En México la violencia contra la mujer creció en un 60% durante la pandemia, cifra que sin duda es aterradora y los casos de feminicidios, secuestros y desapariciones de mujeres cada vez son más en números y con mayor frecuencia, lo que ha originado que movilizaciones feministas reclamen al Estado y al Gobierno en turno, tanto a nivel Federal como Estatal y Municipal, líneas de acción para garantizar los derechos mínimos que merecen, sin dejar de lado, las obligaciones de todas las instituciones educativas, universitarias, laborales y sociales de garantizar espacios libres de violencia a las mujeres.
Aunque existen esfuerzos como el de ONU Mujeres, que trabaja de manera conjunta con el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES), para generar productos de conocimiento, estrategias de fortalecimiento de capacidades institucionales y herramientas útiles que contribuyan al diseño de programas y políticas públicas para prevenir, atender y eliminar todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas en México, y un sinfín de esfuerzos por parte de Colectivos Feministas, Organizaciones y miles de mujeres desde sus áreas de conocimiento y acción, la sociedad parece negada a tomar conciencia, por ello, sigue siendo una deuda pendiente y una necesidad que debe atenderse con urgencia.
[1] Red de Defensoría de Mujeres, Federación Iberoamericana del Ombudsman, http://derechoshumanosbc.org/sites/default/files/genero.pdf
[2] Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación en contra de la mujerhttps://www.ohchr.org/sp/professionalinterest/pages/cedaw.aspx
[3] Organización Mundial de la Salud, Departamento de Salud Reproductiva e Investigación, Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, Consejo Sudafricano de Investigaciones Médicas (2013). Estimaciones mundiales y regionales de la violencia contra la mujer: prevalencia y efectos de la violencia conyugal y de la violencia sexual no conyugal en la salud
[4] INEGI (2016) Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en el Hogar. ENDIREH 2016
[5] Covid-19 y violencia contra las mujeres y las niñas. Abordar la pandemia en la sombra. ONU Mujeres, Documento de Políticas no. 17.
https://www.unwomen.org/-/media/headquarters/attachments/sections/library/publications/2020/policy-brief-covid-19-and-violence-against-women-and-girls-es.pdf?la=es&vs=1351
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