lunes, 2 de septiembre de 2024

Es necesario un cambio de perspectiva en el tratamiento de adicciones

Gaceta UNAM

Número 5500

02 de agosto de 2024

Ciudad Universitaria

Laura Lucía Romero Mireles    


El primer paso es buscar motivos relevantes en su vida, y llegar a una meta de abstinencia o moderación, aseveró Luis Ángel Pérez de la FP.

Los intentos de las familias por ayudar a adolescentes o adultos –con problemas de uso, abuso o dependencia de sustancias– encaminados al control no funcionan; en la mayoría de los casos el paciente volverá al consumo.



En ese sentido, se requiere un cambio de perspectiva hacia la implementación de la aceptación, la validación y el entrenamiento en habilidades como la atención consciente, que permita a los familiares entender que en un primer momento actúan para calmarse ellos mismos, y al hacerlo puedan prestar auxilio más efectivo, afirmó el académico de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM, Luis Ángel Pérez Romero.


Al dictar la conferencia Ayuda psicológica a familiares de usuarios de servicios de salud mental: más allá del concepto de la ‘codependencia’, refirió que quien usa sustancias tiene, por lo menos, dos o tres personas que la rodean y así aumenta la cantidad de gente afectada por esa práctica.


Se trata de aquellos cercanos (madres, padres, tíos, hijos, amigos), para quienes no hay demasiadas intervenciones empíricamente probadas, detalló durante el ciclo UNAMirada desde la Psicología.


El experto reiteró que la mayoría de los pacientes que llegan a tratamiento lo hacen porque algún familiar los lleva; la preocupación motiva que los cercanos busquen asistencia y aquéllos acuden presionados. Pero esto ocasiona que al poco tiempo lo abandonen, y más tarde vuelvan a ingresar; eso se repite durante varios años.


En psicología, explicó Pérez Romero, se ha optado por dos procesos: el de cambio y aceptación. El primero se enfoca en que deje de consumir, se recupere y vuelva a ser como antes; y el segundo, en que los familiares acepten que cambiará cuando tenga que hacerlo.


En la literatura científica, expuso el universitario, varios de los tratamientos se encaminan a que los familiares sean los agentes de transformación de los usuarios de sustancias. La FP tiene un programa basado en el entrenamiento en habilidades de comunicación y solución de problemas.


Mientras que en el Instituto Nacional de Psiquiatría hay uno de afrontamiento, cuyo objetivo es que el familiar vea qué estilo ha tenido al tratar de lidiar con la situación y solucionar primero su problemática, y, a partir de ahí, propiciar que el paciente se integre a un tratamiento sí así lo desea.


Ambas aproximaciones tienen evidencia de su eficacia; sin embargo, son posturas que mantienen una visión incompleta del reto y llevan a una limitación en la efectividad de los resultados, opinó Pérez Romero.


Recientemente la psicología ha integrado nuevos elementos teóricos y prácticos que podrían favorecer la intervención de una forma más efectiva en la dinámica de las personas que buscan auxilio para sus seres queridos que presentan alguna complicación de salud mental.


Entre estos conceptos están la aceptación, validación y entrenamiento en habilidades como la atención consciente. Es decir, se unen las dos perspectivas: que los familiares acepten que los usuarios tendrán que cambiar su patrón de consumo de sustancias psicoactivas cuando tengan que llevarlo a cabo y lo que implica a nivel interno por parte del familiar, y que ellos tengan una forma efectiva de prestar apoyo cuando eso ocurra y durante el proceso de toma de consciencia del usuario de sustancias.


La implementación de esa nueva perspectiva (que también tiene que ver con aportes de los últimos años en psicología, como mindfulness, y valores personales que han mostrado ser poderosas variables para lograr una conversión) les permite entender que en un primer momento actúan para calmarse y al hacerlo pueden prestar colaboración más efectiva.


Durante largo tiempo los tratamientos estuvieron centrados en dejar de consumir, en el caso de los usuarios de sustancias, pero si uno mira más allá del consumo en la vida del estas personas podemos encontrar razones por las que pueden rehabilitarse. En el contexto del uso de sustancias y otras adicciones conductuales, el primer paso es centrarse en otros aspectos que motiven al paciente, relevantes en su vida, y llegar a una meta de abstinencia o moderación, aseveró Luis Ángel Pérez.


Hay que preguntarle qué era importante para él antes del consumo, para remitirlo a los aspectos significativos de su vida, pero que ha dejado de lado a causa de las sustancias. “Se deben hallar los motivos por los que tiene sentido hacer algo más que consumir sustancias”, puntualizó el especialista.


La codependencia es inefectiva; se debe mostrar a la familia que los intentos de ayuda directos no van a funcionar, pero eso no significa que se carezca de alguna forma de prestar auxilio. También aceptar que hay intentos que no tienen los efectos deseados, y mostrar una ruta diferente, concluyó.





Fuente: Romero Mireles, L, L. “Es necesario un cambio de perspectiva en el tratamiento de adicciones”. Gaceta UNAM, 02 de septiembre de 2024, núm 5500. Recuperado de: https://www.gaceta.unam.mx/es-necesario-un-cambio-de-perspectiva-en-el-tratamiento-de-adicciones/ 

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