Blog Gaceta SI SOMOS UNAM: El tamal

Por: Lizeth Monserrat Ramírez Espitia

La historia de México y el mexicano siempre ha ido acompañada de hermosas tradiciones, gracias a las cuales esperamos con ansias ciertas fechas del año, como lo es el 2 de febrero Día de la Candelaria. No es por poco que se trata de una de las fechas más esperadas, pues es la celebracion de un delicioso platillo estelar, del cual hablaremos un poco.

Los hay de chile verde, de semilla de huauzontle, de queso con chile y hasta varía en ir relleno de pollo o de carne de puerco, incluso para los que no son muy seguidores del picante, los hay de dulce de piña con rompope, piñón, dulce de cacahuates y muchas más combinaciones sabrosísimas y creativas. Nos referimos a ese delicioso producto de maíz relleno de magia: el tamal.

Y cuando decimos que la historia de México ha ido acompañada de tradiciones, lo decimos en serio, pues los tamales son un platillo que se remonta a la época prehispánica, desde entonces ya eran el alimento esperado para grandes fiestas, eran hechos como una forma de agradecer la fertilidad de la tierra y claro que, tal como lo acostumbramos aún, se preparaban como ofrenda a los muertos.

Su importancia ha trascendido dado que el tamal actualmente es uno de los platillos más icónicos para la mayoría de los mexicanos, es popular en las épocas de posadas, sigue teniendo un muy importante lugar entre los escalones del altar a nuestros seres queridos, también se encuentra presente en bautizos y claro para el día de la Candelaria. Esta última celebración va de la mano con la tradición de partir rosca de reyes el día 6 de enero, aunque si bien ambos festejos tienen una fuerte influencia española, los tamales vienen a ponerle el sabroso toque mexicano. La costumbre dicta que aquellas personas que partieron rosca y dentro de su pedazo encontraron un pequeño muñeco, serán los mismos que deben llevar tamales para invitar en la programada reunión del 2 de febrero.

Y si eres de aquellos que cuando aparece un muñeco en su rosca pasa el honor de preparar los tamales a los más experimentados de la familia, aquí te va una descripción para que conozcas que hay detrás de la preparación de estos sabrosos símbolos de cultura. El tamal está hecho con masa de harina de maíz, misma que esconde en su interior una inmensa cantidad de combinaciones riquísimas e incluso algunas bastante exóticas, todo esto envuelto en un bonito paquete de hojas que pueden ser de milpa, maíz, plátano, carrizo, chilaca o papatla. Se dice que antes en la época prehispánica, el tamal era mucho más apelmazado que lo acostumbrado actualmente, además antes solía ir relleno de las verduras que se daban en la zona de nuestro país por aquellos tiempos como las calabazas, el chile y el maíz.

Pero la evolución del tamal continúa, se dice que hay ubicadas unas 500 recetas que tienen como base el tamal y que de ellas derivan alrededor de 3 mil o 4 mil preparaciones distintas, todas surgidas de recetas familiares muy antiguas, de invenciones provenientes de la cocina moderna y de adaptaciones que los temerarios les hacen a las tradicionales recetas del tamal.

Y por si no fuera el legendario tamal ya todo un personaje, hay un divertido almenaje de supersticiones que rodean su preparación, como esa que dice que mientras se hacen los tamales es preciso cantar para que no tengan un sabor agrio. También se dice que, si hay presente alguien “hambriento”, debe dejar inmediatamente la cocina porque si no los tamales quedarán irremediablemente crudos. O que es bien sabido que, si los tamales están “haciéndose del rogar”, o lo que es lo mismo, tardan en cocerse, se debe zarandear la vaporera. Incluso las y los prehispánicos le tenían respeto al tamal pegado a la olla pues estaban seguros de que aquel o aquella que lo comiera sería perseguido por una maldición.

Ahora que sabes todo lo que hay dentro de la vaporera, no te sientas desafortunado si este Día de la Candelaria eres de los elegidos para llevar los tamales.